jueves, 31 de marzo de 2011

Marlon Brando y la gratitud del occitano

La pequeña (es un decir) Meryone va a su curso intensivo de dos meses de francés, nivel A1. La pequeña Meryone no ha estudiado francés en su vida pero lo ha leído mucho. No sabe responder "qué hora es" ni pronunciar más vocales que las cinco del castellano (ni siquiera las siete del gallego, tristeza suprema). Las erres francesas se las corrigieron a base de decir "El perro de San Roque no tiene rabo porque Ramón Ramírez se lo ha cortado" (el segundo apellido de la pequeña Meryone tiene un huevo de vibrantes múltiples) y, bueno, una clase de un idioma en el país (o la región del mismo) en que se habla, es mucho más divertida que una clase en un país donde todos hablan otro, doy fe. Y ahí sí que no queda otra que hablar francés. O intentarlo.

Primer día: la pequeña Meryone llega tarde (tenía que esperar a que papá francés viniera a ocuparse de pequeña francesita), sin tener ni pajolera idea de dónde está el aula 17 y con su mejor sonrisa de "heme aquí, soy guiri", entra en el rollo de clases de idiomas que hay montado en el Migros (el Migros es, entre otras muchas cosas, un super): *sonrisa* "je ne parle pas français". Chica de recepción que sonríe y dice "bueno, sabes decir que no lo hablas". ¿He mencionado que llegaba tarde y está cuesta arriba? ¿No? Eso. Sigo las indicaciones y soy, junto con una chica birmana (mi clase de francés parece la ONU), la única que no conoce a los demás y que no ha memorizado lo que han dado los días previos. Sí, parece ser que la gente empieza en débutant y sigue ininterrumpidamente hasta el infinito. La pequeña Meryone y la birmana se sonríen mutuamente. La birmana, que se llama algo así como Kim (escríbase como se escriba), sonríe mucho. Me cae bien esa chica. Ser las dos nuevas cuando una espera empezar una clase desde el primer día con sus presentaciones y demás une mucho. Ella no tenía libro; los míos estaban equivocados. Wonderful. 

Pero el momento terrible todavía no había llegado. ¿Sabéis cuando en una clase de un idioma te preguntan qué significa algo y lo tienes que explicar en ese idioma? ¿Sí? Puedes (y sueles) saberlo perfectamente pero no tienes por qué saber explicarlo en francés. Y no vale la mímica. Cuando la palabra es beurre, ¿qué es lo único que se os ocurre para explicarla? ¡Bingo! El último tango en París. Primer día, nueva, libros equivocados, ni idea de lo que estaban contando cuando decían "ayer" o "la semana pasada" y nunca, nunca en mi vida he sentido tanto el "por favor, que no me pregunten a mí, por favor que no me pregunten a mí". No lo hicieron.

Segundo día (hoy): la pequeña Meryone sigue sin saberse los números pero ya sabe más o menos qué han dado hasta ahora en débutant, ha hecho los deberes y se siente menos perdida. Ha visto que unos pronuncian mejor y otros peor y que casi todo el mundo tiende al inglés cuando se da cuenta con pavor de que lo suyo no tiende al español: tiende al occitano. Sí, el occitano, que creía perdido para siempre y del que lamentaba no recordar más que "oc" (sí) y pas (pronúnciese pas y no pa y sin el ne: no). Mentira. Estoy segura de que tengo el más puro acento de la Provenza del mundo... pero en malérrimo francés. Merde. Ah, y el único ser de la clase que habla español es... ¿adivinan? La profesora. Van dos compañeras de ejercicios a quienes tengo que jurar que comprends aunque ne parle pas. Una creo que es canadiense y fue a una competición de eski en Italia este fin de semana; otra es armenia (¿he mencionado ya lo de la ONU?) y no me entiende nada pero desconfía cuando no tengo dudas en lo que me explica que quiere decir el ejercicio de turno. Somos unos diez-doce y el curso dura dos meses con clases dos veces por semana: calculo que tardaré menos en coger el ritmo que en convencer a todos de que me entero, que sé lo que es el pasado compuesto y que lo de no tener oído en absoluto para pronunciar NADA es parte de mi encanto. 

También espero aprender a pronunciar, los verbos irregulares y todas esas cosas. Aunque creo que en el intensivo del A1 los verbos irregulares como que todavía no.

Este fin de semana prometo aprenderme los números. Esto de que los galos cuenten raro y digan dos veces cuarenta siempre me ha hecho desconfiar.

Quien reconozca por qué es lo de la gratitud del occitano, se gana el segundo envío de chocolate... cuando me sienta con fuerzas para enfrentarme a la Poste. No me olvido de que el primero es para Yu. Ni siquiera me lo he comido al grito de "ya le compraré más".

4 comentarios:

  1. ¡Que no es guonderful, que es mañific!

    Y el occitano, qué decir que no sepan Arturo y sus muchachos...

    Bisús! (o algo así)

    ResponderEliminar
  2. Meryone, aquí casi puede olerse ya el verano y no estás para mantener conversaciones interminables en la escalinata de la Quintana. Voy a escribir a la ONU para que te devuelvan.

    Lucy W.

    ResponderEliminar
  3. Ola! En serio que falaches do Último tango en París en clase? Mágoa non estar alí. Seguro que é moi divertido. Eu solidarizaríame e faría comunilla contigo e a birmana. Por certo, se cambias de opinión e prefires persistir en convencer a todos que te enteras (aínda que a estas alturas seguro que xa pillas case todo), podes usar a trampa do "peut-être" ou o "je n'en suis pas sûre". Eu uso o equivalente en alemán cando a miña profe da escola me fai preguntas a traizón polo corredor e vai funcionando.
    Gros bisous! Cris et Flocon de neige. Tu nous manques beaucoup!

    ResponderEliminar